Las majestuosas ruinas de un convento dominico del siglo XVI, ¡en medio de campos de caña de azúcar cerca de las cascadas del Chiflón

Una nave inmensa, un convento prestigioso abandonado a principios del siglo XVII
¿Sí, esta inmensa nave que se alza insólita en medio de los campos de caña de azúcar se parecería a las majestuosas ruinas de Jumièges? Parece que Copanaguastla (o Copanaguatla), convento dominico del siglo XVI, se ha petrificado en su dramático abandono. Y esta nave abierta, que en lugar de bóvedas se entrega a los cielos, solo espera la noche para brillar de mil estrellas. Hoy en día, Copanaguastla*, ubicado en La Candelaria (Socoltenango), ha conservado su carácter arquitectónico original debido a las circunstancias históricas. Es uno de los mejores ejemplos del estilo renacentista en México.
*Abandonada menos de un siglo después de su fundación, esta iglesia, sólidamente construida, ha sobrevivido a casi 350 años de abandono. Este gran monasterio en ruinas de Copanaguastla es uno de los monumentos más evocadores del siglo XVI en México.

Los religiosos maldijeron este lugar. Hoy está bajo el control de los carteles
Los hombres maldijeron este lugar, asotado por la peste, el cólera (epidemias traídas por los españoles), la idolatría y la inquisición. ¿Castigo divino? Dios dejó que sucediera. Los religiosos huyeron de Copanaguastla a principios del siglo XVII. Hoy, la maldición aún pesa sobre esta zona de la Depresión Central de Chiapas. Grupos vinculados presuntamente al Cártel de Sinaloa y al Cártel de Jalisco Nueva Generación han protagonizado enfrentamientos y persecuciones. Detrás de ellos, el lucrativo tráfico de migrantes, armas y drogas. Se encuentra en la frontera con Guatemala, con pandillas que desafían tanto al Estado como al ejército. ¿Cuántas comunidades han tenido que huir de sus tierras y pueblos? Como refugio, han buscado municipios fuera de las zonas de conflicto, como Comitán, San Cristóbal de las Casas o Tuxtla, la capital del estado.


Un monasterio fundado en el siglo XVI por dominicos
En 1545, cuatro dominicos llegaron a Copanahuastla guiados por Fray Domingo de Ara, un misionero enérgico y gran traductor de la lengua tzeltal. A pesar de los estragos ambientales causados por la explotación del oro, los frailes encontraron aquí el lugar ideal. Fundaron su segundo convento en Chiapas con el objetivo de convertirlo en un gran centro de evangelización.
La ciudad de Copanabastla contaba entonces con 800 habitantes
“Nosotros, don fray Tomás Casillas, obispo de Ciudad Real de la provincia de Chiapa, por la gracia de la Santa Sede apostólica y del Consejo de Su Majestad… atribuimos la dicha iglesia al vicario y a los religiosos de Nuestro Señor Santo Domingo del dicho convento y monasterio del pueblo de Copanabastla, quienes residen o residirán allí en adelante”. Firmado en Ciudad Real, el once de enero del año mil quinientos cincuenta y siete de la Natividad de Nuestro Salvador Jesucristo. (Frater Thomas Episcopus Civitatis Regalis). Tras la designación oficial de Copanaguastla como priorato en 1556, la construcción de un monasterio permanente se volvió una necesidad urgente. La ciudad, sede del priorato de Copanabastla, tenía entonces poco más de ochocientos habitantes.


Esta región donde fluye miel, cacao y azúcar de caña
¿Era este el paraíso terrenal de los frailes dominicos en Chiapas? En el siglo XVI, esta región, la Depresión Central de Chiapas*, era considerada por los españoles como particularmente rica tanto por sus cultivos de algodón, sus minas y sus posibilidades de ganadería como por su ubicación en el Camino Real que conducía a Guatemala.
*El estado de Chiapas, ubicado en el sur de México, limita al oeste con el océano Pacífico. Su relieve comprende siete regiones: la llanura costera del Pacífico, la Sierra Madre de Chiapas, la Depresión Central, las Tierras Altas Centrales, las Montañas Orientales, las Montañas del Norte y la llanura costera del Golfo.
Copanahuastla en la ruta del Camino Real
El Camino Real conectaba México y Guatemala desde Chiapa de los Indios (Chiapa de Corzo) en Chiapas hasta la ciudad de Guatemala (Antigua). En realidad, la ruta seguía un antiguo camino comercial maya hacia el sur a lo largo de las orillas del gran río Grijalva, a través de la Depresión Central de Chiapas, desde Chiapa de Corzo hasta Guatemala. Más tarde, con la fundación de la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, se añadió una ruta secundaria, que sigue el trazado actual de la carretera Panamericana, atravesando los Altos de Chiapas desde San Cristóbal hacia Comitán, para luego descender a tierra caliente y unirse al trazado original.


Un lugar privilegiado
Copanaguastla (y sus alrededores) es un lugar muy privilegiado por su clima. No es ni demasiado frío ni demasiado caluroso. En abundancia, se encuentran los alimentos consumidos por los indígenas, especialmente maíz y chile. La tierra produce algodón para la confección de ropa, beneficiando a las regiones vecinas. Se intercambia cacao con el Soconusco. También hay abundante pesca en el río, carne, caza, pavos, frutas, miel, tabaco y caña de azúcar.
¡La caña de azúcar, una riqueza atemporal!

A finales del siglo XVI, Copanaguastla se había convertido en el principal monasterio de la región, y los frailes prosperaban, al igual que la población local hoy en día, gracias a sus plantaciones de caña de azúcar y a sus haciendas ganaderas.


1564, annus horribilis
Siete años después de su consagración, la región sufrió una gran sequía: “se cosechó maíz solo en las montañas altas y húmedas, y hubo así una gran hambruna en las tierras de Copanabastla. Los habitantes de Chiapa iban en grupos, tanto hombres como mujeres, alquilándose para hilar y trabajar en los pueblos vecinos con el fin de ganar su alimento. Algo nunca visto hasta entonces”, reporta un historiador*. También añadió que en Copanabastla, además del hambre, hubo otra desgracia: “un incendio en la iglesia, tan repentino que apenas se logró salvar el convento”. Además, en una noche de tormenta, un rayo incendió la iglesia: “para gran dolor de los padres y de los indígenas, pues acababan de cubrirla con una estructura de madera muy sólida, que daba al techo la apariencia de un hermoso entrelazado”.
*Fray Antonio de Remesal, historiador de las Indias Occidentales y, en particular, del gobierno de Chiapas y Guatemala.


El castigo divino
El convento fue abandonado a principios del siglo XVII, al igual que el pueblo, unos años después. La causa: las epidemias. Pero Fray Francisco Ximénez, historiador de los dominicos, explica que este abandono fue un castigo divino. Los religiosos habían sorprendido a los habitantes practicando la adoración de dioses prehispánicos, y esto justo detrás del gran altar de la iglesia: “Dios odia todos los pecados, pero la idolatría es el que Su Divina Majestad abomina más. […] Tal fue el pecado de los habitantes de Copanaguastla, según se puede deducir de los documentos antiguos, pues se arrodillaban al mismo tiempo ante el verdadero Dios y su Santísima Madre y ante el ídolo de sus ancestros. Cayeron y perseveraron en esta falta, aunque Dios les había dado maestros para enseñarles el camino de la verdad, los mejores evangelizadores que hubo en esta santa provincia”.
La depravación de las jóvenes
Pero lo que también había desatado la justicia divina, al parecer, era la depravación de las jóvenes que ya no querían casarse: “quedaban embarazadas, incapaces de resistir al poder de la carne; entonces ahogaban a sus pequeños hijos, sin el agua del santo bautismo, para que sus delitos quedaran en el anonimato”. De esta manera, impedían la propagación de la fe. “Dios los aniquilaría y destruiría a todos, borrándolos de la faz de la tierra, como a otros sodomitas. […]”
La viruela negra y luego la peste obligan a los dominicos a abandonar Copanahuastla a regañadientes
Después de una epidemia de viruela negra en 1617, la peste de 1629 diezmó a la población indígena. A pesar de los esfuerzos y los considerables gastos invertidos en su construcción, el monasterio fue abandonado con pesar. Los frailes se establecieron en Socoltenango, cerca de Soyatitan*, llevándose con ellos la imagen de la Virgen del Rosario.
A 12 km del monasterio, se puede visitar la pequeña ciudad de Soyatitan, que conserva los vestigios de una magnífica iglesia del siglo XVI. Fue fundada por los frailes dominicos de Copanaguastla. Aún permanecen en pie partes de los muros de la nave, el ábside y la fachada, con una composición de pilastras planas, entablamentos, nichos poco profundos y un campanario escalonado.
In memorium, la vida ejemplar del hermano Francisco de la Cruz
Cuando el hermano Francisco de la Cruz llegó a Copanabastla, era un novicio poco considerado y, sin duda, se decía que era incapaz de aprender la lengua del país (el tzeltal). Por ello, le encomendaron la poco prestigiosa tarea de ayudar en la construcción de la iglesia y el convento. ¡Y, sin embargo! El hermano Francisco de la Cruz puso tanto empeño en aprender la lengua que todos tuvieron que admitir que se habían equivocado. Su método fue ejemplar. Primero estudió todas las preguntas y respuestas del catecismo en tzeltal. Luego, como estudiante, se hizo un pequeño muñeco al que llamó Chicubite y lo colocó en el centro de su celda. Así podía conversar con él, interrogarlo y hablarle sin miedo a equivocarse. Su alumno nunca se cansaba, nunca fruncía el ceño, y el hermano salía cada mañana habiendo hecho grandes progresos. Gracias a este método, aprendió la lengua a la perfección en poco tiempo y pudo ayudar enormemente a sus compañeros religiosos en su misión.

¡Pequeña escapada apenas vertiginosa a las alturas de la nave!
Una parte de la torre del campanario, agrietada, se alza sobre el antiguo convento, aferrándose de manera frágil al transepto norte que aún persiste.Una escalera de piedra asciende hasta la cima de la nave. ¡No entren en pánico! Perturbarán a un centenar de murciélagos colgados de las paredes. Afortunadamente para su tranquilidad, hay muy pocos visitantes. ¡Allá arriba, el vértigo está garantizado! Sí, un verdadero camino de cresta suspendido sobre el vacío. El paso es estrecho y peligroso, pero ¡qué vista!



De San Cristóbal de las Casas a Copanahuastla, ¡una ruta poco segura!
Nuestra idea era tomar la carretera temprano desde San Cristóbal de las Casas en la mañana de un domingo, dos semanas antes de Navidad. Luego, dirigirnos hacia la zona fronteriza con Guatemala para descubrir este convento dominico, cuyas ruinas podrían ser el “Jumièges”* de Chiapas.
Las ruinas de Jumièges, una abadía benedictina de normandia del siglo XI situada en un meandro del Sena y destruida en el siglo XIX, son consideradas las más bellas de Francia.
Misión PAKAL, contra los carteles del norte y más allá
Aquella mañana, no contábamos con la Misión PAKAL, una de las primeras directrices de la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, para combatir la inseguridad. Una operación de la “Fuerza de Reacción Inmediata Pakal” (FRIP) se dirigía hacia Comitán: cientos de camionetas con fuerte armamento, policías de la Guardia Nacional y de la Policía de Investigación enmascarados y vestidos completamente de negro. Destino: Comitán, la última gran ciudad (100,000 habitantes) antes de la frontera guatemalteca.
Guerra de religión: de un lado de la carretera, los católicos; del otro, los protestantes
Para salir de San Cristóbal, hay que atravesar Mitzitón, un curioso pueblo donde una reciente guerra religiosa ha dividido la comunidad en dos: de un lado de la carretera, los católicos; del otro, los protestantes. Más adelante, Betania, donde no se respira tranquilidad para detenerse.
Después de Teopisca, en Amatenango, una carretera secundaria rodea Comitán por el sur, donde ya habían comenzado los primeros enfrentamientos. Desde allí, tomamos dirección Villa de las Rosas, Pujiltic y los inmensos campos de caña de azúcar. Una ruta transitada por el constante paso de camiones sobrecargados de caña de azúcar, hasta llegar a la tranquila aldea de La Candelaria y al convento dominico de Copanahuastla.

135 arrestos, entre ellos 90 policías corruptos
El regreso fue más caótico. La intervención policial de la Fuerza de Reacción Inmediata (FRIP) provocó violentos enfrentamientos. Miembros presuntos de pandillas y sindicatos de “taximotos” bloquearon todas las entradas y salidas de las ciudades de esta región fronteriza. ¡Imposible pasar sin negociar! Al día siguiente, las autoridades anunciaron la detención de 135 personas, incluidas 90 policías corruptos (!).

El control de los carteles del narcotráfico
Las últimas masacres ocurrieron en 2024 en La Concordia, no lejos de Copanahuastla. Estos hechos ilustran la creciente violencia criminal en esta región del Chiapas: un corredor formado por la frontera central y la Sierra Mariscal, cerca de la presa de La Angostura. Desde hace varios años, grupos vinculados al cartel de Sinaloa luchan contra otras organizaciones por el control del territorio y de las rutas. La situación ha empeorado desde que las autoridades cerraron el paso clásico de migrantes en Tapachula (Soconusco), en el suroeste de Chiapas.Para los carteles, controlar las rutas de la frontera central y la Sierra Mariscal es esencial, no solo por los migrantes, sometidos a extorsiones desde que ponen pie en México, sino también por el tráfico de armas y drogas en la región.

De San Cristóbal de las Casas a Copanaguastla

Desde San Cristóbal de las Casas hasta las ruinas del convento de Copanahuastla (aldea de La Candelaria en Socoltenango) se deben contar dos horas (85 km). En la Carretera Panamericana 190, antes de Comitán, tomar en Amatenango la direcci de Las Rosas y San Francisco de Pujiltic.